Hoy amanecí con la siguiente pregunta ¿qué espectáculo masivo en la actualidad cuesta mil pesos y te da cerca de dos horas de emociones fuertes de forma constante? Creo que ninguno, ni el cine cuesta mil pesos, ni el teatro, ni la ópera. Pero afortunadamente queridos lectores, aún tenemos un reducto de sociedad a precio absolutamente accesible y que nos da toda la gama de emociones que una persona necesita para disfrutar, me refiero al fútbol, me refiero al magnífico partido de fútbol que disputó Deportes Valdivia contra los enamorados de Alemania, el puntero de la liga, Jungendland de Peñaflor.


Este era el partido que todos esperábamos durante meses, los mejores del torneo, el regreso de un valdiviano ilustre que años anteriores vistió los colores del Torreón, un técnico oriundo de estas tierras, la posibilidad real de meterse en los puestos de avanzada y el pequeño detalle de que en nuestra situación repleta de carencias materiales, enfrentabamos al conjunto “millonario” de la Tercera B. Y los nuestros no destiñeron.

Desde la entrada al estadio se apreció una gran concurrencia de hinchas, la barra los Valxlluvia en su clásica galería sur mostró todos sus lienzos y colores y desde un inicio cantó con la fuerza de mil gargantas las originales canciones covereadas de Sexual Democracia que dan tan característico timbre a nuestra barra. Por las galerías laterales, familiares y los clásicos hinchas de todos los partidos de local, nos mirábamos con nerviosismo pues sabíamos que sería un partido complicado.

Y vaya que comenzó complicado, pues los rivales vistiendo de casaca roja y pantalones negros con vivos de la bandera germana por todo el uniforme, de entrada enviaron una estocada y con potente remate desde fuera del área, vencieron a nuestro portero poniéndose en ventaja. El gol fue festejado exageradamente encabezado por su capitán el valdiviano Pablo Acum, quien emulando un video popular de Youtube, oficia de pescador mientras uno de sus compañeros da ridículos espasmos en el césped que simulan las convulsiones que realiza un pez fuera del agua, ridículo Pablo y demasiado irrespeto para tu afición que te bancó siempre.

Los nuestros incrédulos, intentaron equiparar las acciones, pero por largos 20 minutos Jungendland nos demostró que un juego ofensivo vistoso, si es posible de realizar, pasándonos por encima, tanto en posesión como en físico. Afortunadamente no pudieron concretar y afortunadamente, repito el afortunadamente, la vocación ofensiva de nuestros rivales dejó muchos espacios para llegar con peligro. Me llamó la atención este equipo pro alemán, es el primer equipo que no renuncia a una línea de tres defensas, para mantener tres delanteros fijos, es interesante esto pues apela a un fútbol de toque y desmarque en velocidad constante, agradable para los ojos, pero que por lo mismo deja muchos espacios a la espalda del mediocampo, espacios que los dirigidos por René Milanca, absolutamente desaforado esta jornada, supieron aprovechar de maravilla, marcando pases constantes para la subida de Gaete y Soto, creando situaciones impresionantemente peligrosas, como la que tuvo Matus entrando solo por el medio, remate que rebota en el travesaño, pica y sale, muchos de mis informantes me dijeron que picó dentro, yo no la ví y si fuese así sería otro error de un arbitraje mediocre. Ese tipo de jugadas, subida por las bandas y centro al medio es la marca registrada del equipo de René.

Posteriormente y por el mismo expediente, Kilian Delgado tuvo otra clara oportunidad de marcar, que fue desperdiciada en vistosa jugada.

Todas estas llegadas del Torreón tuvieron un favorable impulso psicológico en los muchachos, quienes equipararon y superaron al rival en jugadas y éstos, descontrolados, apelaron a un juego violento al verse sobrepasados, llenándose de tarjetas amarillas, aunque algunas de ellas debieron ser rojas, como la del portero quien de último hombre sale literalmente como un artista marcial a patear en las costillas a Matus quien se iba sólo… ahí comienzan las suspicacias con el árbitro.

Pese a todo, nuestros jugadores demostraron la garra de siempre y con empuje atacaron hasta lograr un córner por la banda derecha, que fue ejecutado a la perfección para encontrar completamente sólo en área chica al incansable Pablo Leal quien conectó de cabeza para la algarabía de todo un Félix Gallardo que estalló en la feliz explosión del gol.

Así nos fuimos al descanso con el partido empatado y la esperanza de victoria para los segundos 45 minutos. En el entretiempo nuevamente el semillero de futbolistas infantiles de la Universidad Austral, nos deleitó con un match al que la afición premió con muchos aplausos.

Y se fue la bolita, para los últimos instantes de este drama que presenciamos en el estadio, ambos equipos con idénticas formaciones y las mismas convicciones en su fútbol lucharon intensamente por la victoria y fueron nuestros gladiadores quienes tras una constante presión y el uso acostumbrado de las bandas, que en brillante jugada de Kilian Delgado asume la ventaje, recibiendo en el borde del área grande, aguantando lo suficiente, pasándose a un defensa rival, perfilando el cuerpo en una diagonal entre él y la portería y finalmente conectando un derechazo al rincón más lejano del arquero que choca en el palo e ingresa al fondo de las redes donde las arañas tejen su nido. ¡Locura en el estadio! ¡golazo de Kilian Delgado! El hombre que tuvo 3 ocasiones finalmente concreta, ante la incredulidad de los “alemanes” que pensaron que venir a Valdivia iba a ser ver el río, comprar cervezas y llevarse una fácil victoria a Santiago.

Aquí como en los grandes dramas teatrales, vino el clímax, el punto máximo de tensión dramática que toda gran obra debe tener. Admirablemente nuestro rival de turno no renunció a su esquema ultra ofensivo y los muchachos del Torreón mostraron una evidente merma física, por lo que el lector más novel comprenderá que más que un partido de fútbol, todos nosotros éramos testigos de una batalla a campo abierto.

El Torreón siendo empujado a su área por el rival aguantaba como podía, pues ellos jugaban con hábiles punteros, rotando el balón de una banda a otra, empujando, haciendo sufrir a la zaga valdiviana con punzantes desbordes que eran rechazados con fuerza hacia el medio campo, donde se intentaba urdir ese esquivo pase en profundidad, o la intersección del pase rival que llegó por la derecha para que el Tunga Soto en la mitad de la cancha pusiera el nitro y alcanzara los 100 kilométros por hora en una contra mortal en que se llevó dos stoppers, al portero y en el último toque, de lo que hubiese sido un ultra golazo, Anabalón, otro ex jugador de Deportes Valdivia, milagrosamente quitó y lanzó al tiro de esquina. ¡Todo el estadio no lo podía creer! Y menos Soto quien con el mínimo aire necesario para sobrevivir tamaño esfuerzo trotó lentamente a lanzar el córner.

Luego de esta jugada un mal presentimiento se posó en la cancha, el rival aleonado por salvar lo que hubiese sido su lápida absoluta, se vino encima y en una jugada absolutamente fuera de su habitual forma de jugar, el fornido centro delantero que tienen aguanta, apiña a defensas del Torreón, gira y vence entre las piernas a nuestro portero. 2 a 2 y 15 minutos de terror por delante.

Con un Torreón agotado apostando a la contra y los Jugendland lanzados en pos de la victoria, todo el estadio gritaba apoyando y dando fuerza, para más dificultad, ocurrió la extraña expulsión de Gaete por un foul de fútbol, un tackle que se vió durante todo el partido y que para los santiaguinos significó tarjetas amarillas pero para el nuestro roja directa. Nadie entendía nada y la banca de Jungendland se sobaba las manos pensando en los 3 puntos. Pero no sabían que lo que más sobra en este equipo es el coraje, la solidaridad y el esfuerzo. Valdivia se plantó firme, como un enamorado que espera que pase el tiempo y lo perdonen para volver a ser feliz, así de los desbordes que hizo el rival, pocos tuvieron real peligro de gol, para suerte de los cardíacos, pues efectivamente hubo varios que vi en galería con el corazón en la mano.

Resistimos como valientes, estos muchachos se merecen nuestro apoyo, nos dieron un ejemplo de cómo sobrellevar la adversidad, tendremos un gran recuerdo. Pero no todo acaba aquí, Deportes Valdivia además de resistir, propuso algunas jugadas de riesgo con los realmente increíbles escapes de Leal, Delgado y Soto, quienes a mi juicio sin ya nada más que las ganas y el amor por lo que realizan rompían la línea de volantes y se acercaban con peligro al área rival. Fue así cuando el león del medio campo, Pablo Leal recibe horrible falta que mereció expulsión, pero que curiosamente el hombre de negro salva con una amarilla, en el minuto final generando el tiro libre de la ilusión. Kilian ejecuta, bombeado, al corazón del área grande, la defensa rival hace mal la línea del off side, Matus, el querido Matus, el hombre del sacrificio queda en el desierto como el único iluminado para darnos la buena nueva, conecta incomodísimo de volea, con la pierna adelantada del cuerpo y la pelota sale con violencia y colocación hacia el poste derecho del portero… Todos la vimos dentro, todos nos íbamos a abrazar, pero los avatares del destino no querían que ganásemos y el portero quien durante todo el partido se mostró para nada extraordinario, sacó un tapadón impresionante y ahogó el grito merecido de victoria para los valdivianos.

Fin del partido, empujones, tanto santiaguinos como valdivianos no quedaron satisfechos, el referí increpado, Milanca a los empujones para defender a sus jugadores, hinchas saltan la reja, santiaguinos desaforados ofreciendo puñetes a medio mundo, entran los carabineros, ¡que espectáculo! Y luego en camarines los insultos y las acusaciones de coimas a un puntero que quizás por tanta soberbia empaña una manera hermosa de jugar al fútbol y que por esa soberbia encontró la horma de su zapato, un club aguerrido, que viene desde las cenizas, que está demostrando que en base al trabajo y al sacrificio y a creer en que si se puede, se plantó de igual a igual dándonos a sus seguidores 90 minutos de épica en una cancha, desluciendo a los poderosos, haciendo sufrir a los felices, opacando lo brillante, un equipo de revolucionarios valientes y esforzados que van contra todos y por todos.

Esto señoras y señores, que acabo de narrar, ocurrió de verdad, tengo mil testigos que vivieron esto conmigo, por mil pesos tengo un recuerdo imborrable del mejor partido que he visto este año en tierras valdivianas.

Lo único que me queda por decir es ¡Fuerza Valdivia Mierda!.
Por Jorge.

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