
El otoño en su máximo esplendor y belleza, recibía a la familia valdiviana del fútbol en el Parque Municipal, para presenciar el partido por todos esperados esta semana, Deportes Valdivia v/s Colchagua.
Con un gran marco de público en el estadio, que hace notar que a mayor difusión del evento, mayor respaldo de la audiencia (a pesar de la entrada cara), nuestros muchachos saltaron al campo de juego, visiblemente motivados y con ganas de obtener la victoria.
Con la ya habitual línea de 5 en el fondo, 2 contenciones, un enganche y 2 delanteros, comenzamos a hilvanar fútbol, ante un tradicional rival que con un 4-4-2 clásico, vino a hacer su negocio, arroparse atrás y tratar de inquietar al rival haciendo circular el balón.
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Con agrado noté que propusimos un juego de toque y desmarque por las bandas, donde la bola iba de un lado a otro, buscando profundizar en el último toque logrando hacerlo por los primeros 20 minutos, de manera sensacional. Pero el finiquito valdiviano andaba de parranda por los bares de la ciudad, despilfarrándose no una, sino innumerables oportunidades, que si hubiésemos concretado como es debido, en 15 minutos los dejamos muertos, enterrados y sacramentados con una senda boleta de 3 o 4 goles bajo el brazo. Pero la pelota es caprichosa y cuando un delantero quiere picarla y no reventar el arco con autoridad, claramente el sentido del goleador anda perdido y se requiere trabajo y más trabajo para recuperarlo. Lo digo especialmente por el par de mano a mano que tuvo Eduardo Monroy, que debió liquidar por la absoluta ausencia de dificultad que presentaron las oportunidades… aunque claro, desde fuera todo parece fácil y de todas formas el Diablo, se rehabilitó en el complemento, pero bueno, a buen entendedor pocas palabras.
Posteriormente la visita enfría las acciones, recurriendo al juego brusco y perdiendo tiempo a destajo, que como es presumible, el referí no adicionó ni por orden de la Presidenta. Así con ese gusto extraño y la impaciencia propia de la dilapidación irresponsable, pero sabiendo que el rival era más que accesible, nos fuimos al descanso.
Valdivia sale rápidamente al campo, con la palabra DETERMINACIÓN, distinguible en todas sus frentes, se sentía esa necesidad de que pitaran luego para comerse vivos a los rivales y eso todos lo notamos, hasta el hombre del megáfono quien por ser el más bizarro espectador, se le perdona su ácida critica siempre, pero bueno perdón por la disrupción sin sentido y retomo... Con un notorio cambio de dibujo táctico con 3 delanteros, pasando a efectuar labores de enganche Gómez y dejando en la contención solo al Pepe Aguilar, nos fuimos con todo contra el rival, de la reanudación en adelante, el equipo fue una tromba, una avalancha de pases y diagonales que bailaban al rival, una grata sorpresa para ver y que en menos de 5 minutos, cuando muchos aún no se lograban sentar del cafecito del entretiempo, vino la reivindicación de Monroy, quien con potente derechazo, aprovecha el pase que metió Pancho Muñoz luego de aguantarla en la cabecera del área grande y la manda al fondo de las redes. ¡Gol de Valdivia! y el nacimiento de una intuición agradable, de que golearíamos fácilmente.
Pero el fútbol es un deporte extraño, sumamente extraño, porque no hay lógica y solo se compone de momentos, porque la visita reacciona, hace un cambio que para mi fue clave, cambiando el clima del partido nuevamente. Demás está mencionar que dilapidamos goles… recuerdo un mano a mano que tuvo el Rulo Saavedra, con tiempo y espacio para escuchar un tema de Pink Floyd, después ir a Impuestos Internos, hacer una declaración de renta y salir con la polola sonriendo, que desperdició, hubiese sido el K.O y nuevamente no se aprovechó, ¡a llorar a la iglesia!.
Así Colchagua en base al juego colectivo que tan buenos resultados obtiene en todo el mundo, logra completar una lucida jugada bailando por completo a nuestra ya nutrida defensa, decretando el empate… felicidad total en la visita que parecía feliz y satisfecha con ese resultado. Aunque cabe recordar que tuvieron para poder ganarnos y de no ser por el fantástico portero Ferragut, así hubiese sido. ¡Grande Ferra! sin suplente, con la presión encima y muchas veces totalmente mano a mano, has salvado la situación, siga por ese camino, eres mucho más que varios porteros con mote de superstars en tercera división.
Y sin que nadie supiera el como, llegaron los fantasmas al estadio, llegó todo lo deslucido que se puede pedir a un equipo, llegó todo lo mezquino que es este esquema que abunda en destructores y no en creadores, el pelotazo, el nerviosismo y la simplista e inocente forma de ver al fútbol como poder defenderse sin orden, sintiendo que si el balón esta lejos del arco está bien… horrible finalización de partido de los nuestros, como si nos hubiesen cambiado la personalidad de todos los jugadores y esa palabra que se distinguía en sus frentes, DETERMINACIÓN, desapareciera y diera lugar a otras, CANSANCIO, MIEDO, DUDA… ya no salía nada… aquí extrañé a Lovera, quien en estos casos asume el protagonismo ante las pésimas decisiones técnicas, decisiones que ni siquiera criticaré, porque tengo a todo un estadio de respaldo, que vio con furia el ingreso de un jugador que simplemente no quiere jugar o probablemente no pueda jugar en este nivel y que tonta, infantil y ridículamente se hace expulsar en menos de 5 minutos. Ese hecho fue la radiografía perfecta de lo que propusimos en esos largos 20 minutos, frustración por querer hacerlo bien y que no resultara nada, pero sin ningún argumento más que el por que sí y el echarle pa`delante como fuera… nuestros rivales hicieron su juego y se llevaron un punto a San Fernando de regalo, porque no eran si quiera una amenaza, técnicamente es de lo más discreto que he visto este año y aún así no pudimos con ellos.
Viendo ahora la tabla y con calculadora en mano, tuvimos suerte, pues los resultados se dieron a nuestro favor, el grupo sur está que arde y todo puede pasar porque cualquiera puede meterse en la pelea, bastaría ganar dos partidos seguidos a cualquiera para marcar una diferencia, esperemos que no nos pase la cuenta este partido y que esa transformación de Dr. Jekill a Mr. Hyde, ese hombre brillante y pulcro que se transformaba en una bestia abyecta y feroz, sea nada más que algo momentáneo, porque el potencial que tiene este equipo quedó demostrado en los inicios de ambos tiempos, solo falta creerse el cuento, simplificar en la definición y poner más calma en la dosificación de esfuerzos.
Sea como sea ¡Aguante CalleCalle camaradas! ¡Que aún nos queda la ilusión!
Por Jorge
PORMENORES
Deportes Valdivia (1): Andrés Ferragut; José Aguilar, Claudio Díaz (40´ Pablo Acum), Robinson Villagran, Juan Pablo Herrera, Isaías Aquevedo (83´ A. Cancino); Pablo Leal, Franco Gómez, Claudio Saavedra (70´ Alexis Rojas); Eduardo Monroy y Francisco Muñoz. DT: Eduardo Soto.
Colchagua CD (1): J. Catalán, A. Valdés, J. rivera, E. Rubio, E. Zepeda (51´ P. Correa), C. Ávila A. Pino, N. Donoso (23´ L. Espinoza), J. Muñoz, R. Franco, D. Aravena ( 72´ J. Torreblanca). DT: Gerardo Silva.
Estadio: Parque Municipal de Valdivia
Público: 1.500 personas aprox.
Goles: 0-1 48´E. Monrroy (DV), 1-1 54' P. Correa (COL).
Tarjeta Roja: 80' Alex Rojas (DV) y 89' J. Torreblanca (COL)
Tarjeta Amarilla: Rivera y Avila (COL)
Arbitro: Cristian Andaur