Paseando el fin de semana no tan santo me di cuenta de algo que ni yo entendía.
¿Se han dado cuenta que en Valdivia una persona un día cualquiera no debería aburrirse? y el que se aburre estoy en 95 por ciento seguro, no es valdiviano. Digo esto, porque hoy estuve en Niebla cansado de celebrar la resurrección desde el día jueves y no me quería venir pues pensé que me iba a aburrir.
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Claro asimilé que un día domingo de la pascua del conejo en la tarde no iba a ver ningún panorama; pero me equivoque. Gracias al muy desfavorable don de gastarme hasta las monedas del pasaje me baje en el centro y comencé a caminar por la costanera como buen valdiviano que soy y mientras veía lobos marinos, aves acuáticas, muchachas que deberían estar presas de tan ricas que son, gente contenta de salir a correr en un lugar tan bonito (¿por qué los weones que salen a correr por la costanera andan con cara de sufrimiento? Digo yo, pa que corren entonces).
Pensaba en la suerte gigante que tenemos los valdivianos de descubrir lugares o momentos mas precisamente, en que no te cansas de caminar y de ver paisajes tan cercanos que casi son irreales, primero el río con su fondo de cerros verdes (y algunos muy verdes otros en donde entro Celco, no tan verdes) eso pa empezar luego avanzando veo un puente que se levanta orgulloso justo en el lugar donde comienza la mejor parte la vista, la curva del río en donde la mano del hombre y de la naturaleza original se funden en una postal: el río gigante y una estación ferroviaria abandonada y saben que al llegar a ese punto miro hacia atrás y había caminado mas de 1500 metros con un bolso, que era mas pesao, que osornino ,con una caña espantosa y con muy pocas horas de sueño. Y me di cuenta con esto que por algo la gente de afuera no entiende lo que sentimos los valdivianos por nuestra ciudad porque ellos no tienen esa posibilidad de tener un contacto tan grande con lugares tan brutalmente vivos y llenos de Valdivia que se salen hasta por los poros las ganas de decir puta que es bacán Valdivia y que por lo mismo la gente nos ve con otros ojos cuando viene, o me van a negar que Valdivia rima con da envidia.
Si bien las comparaciones son odiosas porque son “ un pajeo mental” según el sabio Peter Ruiz ,es cosa de que miremos por aquí nomás cerquita, a 50 kilómetros a la redonda tenemos lo que se nos ocurra y a cien no. O sea me da la impresión que alguien cercenó en un punto del mapa y agrupó a un tipo de gente tan especial que sabe valorar el lugar tan maravilloso en el que va a vivir pero que solo la gente de acá y los alrededores iba a pertenecer a dicho grupo, porque voy a Villarrica y la cosa no es lo mismo, voy a Purranque y ahí si que es fome, pa que hablar de ir a la capital mundial del aburrimiento… y pensando todo esto llegué a mi casa donde lo primero que escucho es a mi pequeño sobrino recibiéndome con un beso y un ¡dale torreón compadre!… ¡hay que puro ir a linares a demostrar el amor que le tenemos a la ciudad! y la alegría que tenemos y que sentimos los valdivianos… Amén.
¿Se han dado cuenta que en Valdivia una persona un día cualquiera no debería aburrirse? y el que se aburre estoy en 95 por ciento seguro, no es valdiviano. Digo esto, porque hoy estuve en Niebla cansado de celebrar la resurrección desde el día jueves y no me quería venir pues pensé que me iba a aburrir.
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Claro asimilé que un día domingo de la pascua del conejo en la tarde no iba a ver ningún panorama; pero me equivoque. Gracias al muy desfavorable don de gastarme hasta las monedas del pasaje me baje en el centro y comencé a caminar por la costanera como buen valdiviano que soy y mientras veía lobos marinos, aves acuáticas, muchachas que deberían estar presas de tan ricas que son, gente contenta de salir a correr en un lugar tan bonito (¿por qué los weones que salen a correr por la costanera andan con cara de sufrimiento? Digo yo, pa que corren entonces).
Pensaba en la suerte gigante que tenemos los valdivianos de descubrir lugares o momentos mas precisamente, en que no te cansas de caminar y de ver paisajes tan cercanos que casi son irreales, primero el río con su fondo de cerros verdes (y algunos muy verdes otros en donde entro Celco, no tan verdes) eso pa empezar luego avanzando veo un puente que se levanta orgulloso justo en el lugar donde comienza la mejor parte la vista, la curva del río en donde la mano del hombre y de la naturaleza original se funden en una postal: el río gigante y una estación ferroviaria abandonada y saben que al llegar a ese punto miro hacia atrás y había caminado mas de 1500 metros con un bolso, que era mas pesao, que osornino ,con una caña espantosa y con muy pocas horas de sueño. Y me di cuenta con esto que por algo la gente de afuera no entiende lo que sentimos los valdivianos por nuestra ciudad porque ellos no tienen esa posibilidad de tener un contacto tan grande con lugares tan brutalmente vivos y llenos de Valdivia que se salen hasta por los poros las ganas de decir puta que es bacán Valdivia y que por lo mismo la gente nos ve con otros ojos cuando viene, o me van a negar que Valdivia rima con da envidia.
Si bien las comparaciones son odiosas porque son “ un pajeo mental” según el sabio Peter Ruiz ,es cosa de que miremos por aquí nomás cerquita, a 50 kilómetros a la redonda tenemos lo que se nos ocurra y a cien no. O sea me da la impresión que alguien cercenó en un punto del mapa y agrupó a un tipo de gente tan especial que sabe valorar el lugar tan maravilloso en el que va a vivir pero que solo la gente de acá y los alrededores iba a pertenecer a dicho grupo, porque voy a Villarrica y la cosa no es lo mismo, voy a Purranque y ahí si que es fome, pa que hablar de ir a la capital mundial del aburrimiento… y pensando todo esto llegué a mi casa donde lo primero que escucho es a mi pequeño sobrino recibiéndome con un beso y un ¡dale torreón compadre!… ¡hay que puro ir a linares a demostrar el amor que le tenemos a la ciudad! y la alegría que tenemos y que sentimos los valdivianos… Amén.